Galicia de gala, con el vestuario de Oscar de Piero Tosi

Cinco prestigiosos diseños que vistieron a grandes estrellas del cine clásico recalan por primera vez en España. La ciudad herculina será la encargada de recibir estas piezas, que llegan directas desde el taller que las custodia, el Tirelli.

El pasado miércoles la sede principal de Afundación desempolvó las mejores galas, a su vez viejas glorias, del atelier de los sueños —el taller romano Tirelli— para inaugurar, con la exposición «Piero Tosi, un diseñador de Oscar», la Temporada Lírica de La Coruña. Ésta contempla entre su variada programación una nueva producción de La traviata —conocida y reconocida ópera de Giuseppe Verdi—, cuyo vestuario estará inspirado en el que el versátil italiano diseñó para El gatopardo -donde vistió a estrellas de la talla de Burt Lancaster, Claudia Cardinale o Alain Delon-, clásico del cine dirigido por Luchino Visconti y motivo por el cual se le rinde este homenaje a Tosi. Se trata de la primera vez que el taller transalpino consiente en traer a España las piezas originales que el italiano diseñó también para filmes como Muerte en Venecia de Visconti o Medea de Pier Paolo Pasolini —único protagonizado por María Callas—, pues las custodia, entre delicados y dedicados cuidados, como las reliquias que son.
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La Coruña se convierte de esta manera, y a imitación de la península con forma de bota, en ciudad de referencia para la moda, acogiendo una oportunidad única con la que evocar los clásicos del cine que dinamizaron antaño el talento de Piero Tosi, encumbrándolo como uno de los grandes nombres de la cultura europea.
Gran bagaje
Tosi, acumula a sus espaldas una impecable trayectoria. Artista con un cuidado sentido del diseño, su trabajo destacó tanto por los peinados como por sus contribuciones en materia escenográfica pero, sobre todo, por la detallada elaboración de sus trajes. Bagaje artístico que le impulsó a iniciar un prolongado coqueteo con la Academia de Hollywood en 1963—año en que obtuvo la nominación por El gatopardo— y que continuó durante más de una década —en la que conseguiría otras cuatro nominaciones—.
Tuvo que esperar, en cambio, hasta el año pasado para que el periplo amoroso entre el diseñador y la más prestigiosa institución cinematográfica se saldase de una vez por todas. Fue así, durante la 86 ceremonia del certamen, cuando finalmente logró un cotizado Oscar, el honorífico. Y lo hizo junto a otro grandísimo icono, Angela Lansbury, quien interpretó a La bruja novata.
Una relación menos tumultuosa que con la Academia de Cine fue la que mantuvo con Luchino Visconti. De su trabajo juntos han salido algunas de sus más valiosas obras. Trajes, éstos, que contribuyeron a estrechar una amplia colaboración entre ambos, y que elevaron, más si cabe, las obras maestras del director italiano.
Y son precisamente cinco de esas piezas originales las encargadas de protagonizar la muestra que acoge con satisfacción la ciudad herculina. Casi siempre ligado al director de El gatopardo, Tosi también diseñó el vestuario para María Callas en La sonnambula de Bellini, lo que supuso su debut en la ópera—dirigida por su compañero de viaje—, y donde hizo sentir a la soprano como una diosa y no como la campesina a la que majestuosamente interpretaba.
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Príncipe y maestro
Y todavía le queda gas a esta «máquina».
A sus ochenta años, el que se alzó como príncipe del vestuario imparte clases en el Centro Experimental Cinematográfico de Roma, de donde partieron dos de sus más prolíficas alumnas: Milena Canonero y Gabriella Pescucci. Ambas aprendieron del maestro y la Academia les concedió la preciada estatuilla dorada. La primera la obtuvo por María Antonieta de Sofía Coppola y la segunda por su aportación al vestuario de la película La edad de la inocencia de Martin Scorsese.
La exposición, disponible hasta el 7 de septiembre y completamente gratuita, tiende al público un puente: Es, sin duda, una oportunidad única para despertar su interés por el diseño.
Lo hace a través del cine con un ciclo en el que se proyectará, además de las ya mencionadas, El inocente, pero también con la ópera, la gran protagonista de las actividades paralelas que la programación de la Temporada Lírica contempla.
Se recoge así el testigo de la pasión herculina por estos eventos culturales, que haciendo que la ciudad trascienda sus propios límites, la convierten en un punto de referencia internacional para el arte. Y ahora también para la moda. La Coruña se afianza como capital de la cultura metropolitana de la Comunidad gallega.