¿Están algunas escenas de «The Deer Hunter» de Cimino basadas en la relación con las armas de los hermanos Paul y Leonard Schrader?

En el capítulo 10 (Ciudadano Caín) del libro «Easy Riders, Ranging Bulls» de Peter Biskind, John Milius, guionista de «Apocalipsis Now», cuenta a través de varias anécdotas la extraña y morbosa afición que, Paul y Leonard Schrader, profesaban por las armas.

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El origen de esta afanosa conducta venía sin duda por la asfixiante educación paterna y también por la extraña colección de suicidios tanto del hermano como de dos de los sobrinos del padre que, uno a uno y con años de por medio se suicidaban en el aniversario de la muerte del suicidio que le precedía.

Milius, también director de la serie de la HBO «Roma» cuenta sobre el guionista de «Taxi Driver» o «Toro Salvaje» y su hermano Leonard lo siguiente:

Sobre Paul: Estando ambos en una armería el dependiente le tendió a Schrader una pistola del calibre 38. «Paul vió una chica junto a las raquetas de tenis apuntó el cañón a su cabeza y la siguió por toda la tienda apretando el gatillo unas cuantas veces». «Si alguna vez hubo un psicópata la que no había que venderle nunca un revolver ese era Paul», dice Milius, «Le conté esa historia a Scorsese y la puso en Taxi Driver». Sin duda, una de las míticas escenas del trasnornado taxista Travis Bickle (Robert de Niro).

Cuenta Leonard: «Descubrí que si me metía el cañón en la boca, como si fuera un chupete, me quedaba dormido. Funcionó dos o tres semanas, hasta que de repente ya no me sirvió. Porque había estado chupando un arma descargada. Yo sabía que si cargaba la muy puta, esa noche iba a dormir».

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En base a esto, y después de revisionar la maravillosa y devastadora «The Deer Hunter» yo me pregunto: ¿Se basó Michael Cimino en la tortuosa relación de los hermanos Schrader por las armas en su película? En la película el personaje interpretado por John Cazale siente fascinación por el arma, va a todos lados acompañado de un revólver y, según recoge Biskind en su libro, Paul también lo hacía. De hecho, hasta dormía con el revólver sobre la mesilla de noche.

En cuanto a Leonard… La anécdota anteriormente mencionada recuerda a las escenas de la ruleta rusa. No al tortuoso juego al que los vietnamitas conminan a llevar a cabo a Michael (De Niro) y Nick (Christopher Walken) sino al momento en el que éste último se desvía del camino que toma el primero y, en vez de volver a casa, se adentra en lo morboso del juego, desafiando a la muerte. Si bien es cierto que Leonard Schrader no apretaba el gatillo, esa necesidad de saber que el arma estaba cargada y la frialdad de la necesidad de realizar eso para conseguir dormir me recuerda bastante a esta escena.

The Deer Hunter (El cazador), de Michael Cimino

La mitad de un grupo de amigos que trabajan en la siderurgia se ven, tras la boda de uno de ellos, abocados a una precipitada guerra en Vietnam. Las vicisitudes vividas allí los transformarán para siempre.

imagesMichael Cimino capta perfectamente ese hilo invisible que traza la amistad y refleja las consecuencias que las torturas a las que son sometidos Nick (Christopher Walken), Steven (John Savage) y Mike (Robert de Niro) desencadenan. El dolor, tanto físico como psicológico, trastornará las personas que un día fueron, causándoles daños irreparables.

Uno de ellos se muestra más cómodo en la quietud de cerrarse en sí mismo, cuando antes era el alma del grupo; otro, después de los daños físicos sufridos durante el conflicto vietnamita, se siente inservible y una carga para la sociedad; mientras que el  tercero de ello pierde completamente la razón y tienta a la suerte con el «juego» que le transformó.tdh2

Cuando los combatientes retornan del conflicto bélico, la amistad infranqueable que les unía antaño ya no es la misma, ha cambiado porque el tiempo hace mella en ella, enfriando las cosas, y porque estos amigos ya no son las personas que fueron en otros tiempos, lo que abre el camino a la incomodidad, que se instala a sus anchas. Pero aunque los horrores de una guerra puedan con todo, incluso con algo tan poderoso como una amistad, aún se perciben descorazonadores intentos por restituirla.

Todo ello maridado con una creciente historia de amor entre uno de ellos y la antigua novia de otro, una relación que vaga a la deriva entre el anhelo y el resquemor, entre el miedo y la traición pero que solo haya consuelo en la compañía mutua.lg_deer-hunter

Sentimientos como la fidelidad, el amor, la amistad, el coraje, la violencia… Son tratados en este filme con la crudeza propia de la realidad, sin artificios, pero con una maestría sutil por parte de su director que ayudado de un espectacular reparto (John Cazale, Robert de Niro, Meryl Streep, John Savage y un colosal Christopher Walken que se alzó en 1978 con la preciado estatuilla de mejor secundario) que con sus actuaciones facilitan la tarea de transmitir lo que la película pretende.

Tantas películas de guerras y casi ninguna ha sido capar de captar como ésta las consecuencias de un conflicto.

La metáfora de «un solo tiro» del cazador y la ruleta rusa, vinculando ambas con la guerra merecería una entrada aparte por lo compleja y certera que resulta.

 

‘Atrápame si puedes’, de Steven Spielberg

Steven Spielberg, director que se ha ganado a pulso el calificativo de ‘gran’, y entendedor como el que más de los personajes que protagonizan la historia que filma, hace con esta película un prolijo trabajo, dotando de ritmo una trama que en manos de un novato podría hacerse excesivamente larga y haciéndola trepidante, sin darle tiempo al espectador a que consulte el reloj.

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‘Atrápame si puedes’ cuenta la historia de Frank W. Abagnale (Leonardo DiCaprio), desde su etapa de hijo adolescente y modélico hasta su evolución a hombre hecho a sí mismo mediante la estafa, ‘forzado’ por las situaciones que le depara la vida a tomar un camino legalmente cuestionado para salirse con la suya. Carl Hanratty (Tom Hanks), agente del FBI, tratará de darle captura pero Frank, hábil caradura, valiéndose de sus mil rostros (aviador, médico, abogado) le tomará ventaja poniéndole difícil la tarea.

Lo más curioso del film es el proceso evolutivo del personaje que intepreta Leonardo DiCaprio, pues de ser un hijo modélico se verá forzado a lidiar con la vida a través de vías ilícitas desde el punto de vista legal, pero ¿y desde el punto de vista moral? Si se tiene en cuenta la motivación del joven protagonista, el fin que pretende… ¿cómo condenarlo? Frank es una persona inestable y emocionalmente incompleta y cuando estafa no lo hace por crear fortuna sino por ganarse el respeto de un padre al que admira y ayudar a éste a recuperar lo que Frank anhela con más fervor, la familia.

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Ante esta misma encrucijada se enfrenta el agente del FBI encarnado por un Tom Hanks en la sombra, que pese a los quebraderos de cabeza y humillaciones a los que se ve sometido por la audacia del joven estafador, termina dejando a un lado sus prejuicios y viendo quizás reflejada en Frank a su hija, le tiende una mano y deposita ciegamente su confianza en él, confianza a la que Frank, chico legal a pesar de la ilegalidad de sus fechorías, se sostendrá como si de un clavo ardiendo se tratase.

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A pesar de la comicidad o sobriedad de ciertos tramos de la historia, Spielberg dota a los personajes de un cáriz emocional que le otorga al film mayor sensación de realidad, si bien es cierto que en algún momento ese punto de emoción sobrepasa los límites acercándose peligrosamente a la sensibleria fácil, pero como ‘gran’ director la sortea con genialidad.

Película entretenida con buenas interpretaciones. Destaca sobre todo la de Christopher Walken en el papel de padre de Frank, representación que le concedió una oportunidad de alzarse con la estatuilla dorada. También destaca una jovencísima y llorosa Amy Adams con brackets, curioso cuánto menos.